Hoy, en este programa de mi podcast sobre creatividad e ilustración, está conmigo Estefi Martínez, ilustradora y jefaza en Petrita Parker. Además de conocer de cerca como surgió Pedrita Parker, vamos a hablar sobre cómo crear una empresa en torno a algo que te apasiona y cómo tener una profesión creativa. ¡No siempre es tan fácil como parece!
Me llamo Estefi, aunque la mayoría de la gente me conoce como Pedrita Parker, y desde hace 15 años tengo una tienda online y desarrollé mi propia marca personal, donde hacemos diseños con mucho amor y poca vergüenza.
Además, yo creo que esa filosofía se plasma en los diseños y en los mensajes que se trasladáis en las ilustraciones.
Siempre intento dar un mensaje positivo, pero también que tenga un toque muy desenfadado.
Cuéntanos un poquito, ¿cómo surge la marca Petrita Parker? ¿Por qué ese nombre?
Mi nombre viene por Peter Parker de Spiderman. Yo siempre he querido tener un alter ego, así que al final, me lo creé gracias a las redes sociales y diría que Pedrita Parker no es más que Estefi pero con bastante menos vergüenza. Pedrita tiene la capacidad de decir muchas cosas de las que Estefi a veces no se atreve, o de reírse de muchas más cosas. Pedrita surgió hace cinco años y de pura casualidad. Yo estaba terminando mi tesis doctoral (sobre música francesa a finales de los 90 y como se estaba mezclando con anime, con videoclips y cosas así). Empecé a dibujar desde casa y publicar mis viñetas al margen de todo esto. De hecho, una de las razones por la que por la que firmé así era porque yo tenía esta vida académica seria (era Estefanía Martínez, académica respetable).
Creé mi vida paralela de Pedrita Parker, pintamonas, y al final la pintamonas ha hecho bastante más ruido que la académica.
He leído que inicialmente estudiaste periodismo y después ya te fuiste adentrando más en la parte visual de la comunicación desde foto e ilustración. ¿Cómo fue? ¿Siempre habías dibujado o poco a poco le fuiste metiendo más tiempo?
Sí, fue un proceso. Siempre cuento que de pequeña dibujaba los manteles de del restaurante de mis padres, los colgaba y los vendía a 25 pesetas. Había gente que le gustaba Calimero por entonces. Y pensé «si a la gente le gustan los Calimero, yo hago más dibujos y si vendo cuatro, me compro una bolsa de chuches.»
De hecho de pequeña tenía un libro de como dibujar 100 perros y los dibujé todos. Mis padres me regalaban siempre acuarelas, colores… me encantaba. Hasta que claro, llegué al instituto y ya vi que alguien dibujaba mejor que yo, que yo no lo hacía del todo bien y que dibujar tampoco era una cosa que molaba, ¿no?
Después estuve saliendo con un chico que era dibujante de cómics y le pedí que me enseñara algo de anatomía. Me acuerdo de intentar dibujar y él decirme «mira, tú no sirves para esto, hay gente que sirve y hay gente que no». Así que dejé otra vez dibujar durante muchos, muchos años.
Madre mía, esas frases no las debería decir nunca a nadie, ni profesores, ni amigos, ni pareja.
Ya pero a mí me encanta siempre sacar a relucir esa anécdota porque yo creo que siempre nos hemos topado con alguien que nos ha dicho algo, que al final nos lo hemos creído. El problema no es que nos lo digan, es que nos lo creamos. Y yo me lo creí.
Pero bueno, por suerte también tuve una conversación con una persona que ahora es muy buen amigo mío, que le dije que bueno, que yo no dibujaba porque no sabía dibujar y me dijo «¿Tú sabes que Walt Disney tuvo que hacer como 50 mil dibujos mal antes de hacer uno bien? Lo que tienes que hacer es quitarte esos 50 mil lo antes posible». Esa frase resonó en mi y poco a poco empecé otra vez a dibujar.
Y todavía creo que me tengo guitar los 50 mil dibujos… pero bueno, ahí estoy. Estoy aprendiendo en el camino y bueno, al final resulta que sí que podía dibujar y que vivo de dibujar, ¿no?
Es curioso como al final siempre se termina reconectando con aquellas cosas que te han gustado o que se habían quedado ahí pendientes.
Cuando la gente habla de eso, de cuál es la pasión o cuál era el motor que te mueve, para mí era el dibujo. A mí me resonaba siempre, la tenía dentro y no salía… por miedo a que lo iba a hacer mal o que ya me habían dicho que no era lo mío. Al final tenemos que escucharnos un poco.
Quizá todo este parón que estamos viviendo por la pandemia haya servido para que la gente se escuche a sí misma y que vea por dónde tiene que ir.
Podríamos decir que tus ilustraciones están pensadas para un público más bien femenino. Quizá por que representas más a mujeres o por el tipo de mensajes que lanzas. ¿Que dirías que te inspira a crear o un poco lo que quieres trasladar?
La verdad es que al principio todo no era consciente de lo que dibujaba. Yo creo que te vas dando cuenta a lo largo del tiempo, cuando la gente te pregunta «siempre dibujas mujeres, ¿no?». También me estoy dando cuenta de, por ejemplo, en la última agenda que he hecho he cuidado que haya chicas de todo tipo y de diferentes etnias, pero hasta entonces no era consciente de que siempre dibujaba una mujer blanca. Porque yo dibujo mi mundo.
Pero ha llegado un momento en el que tienes cierta responsabilidad y tienes que incorporarlo y documentarte sobre ciertas cosas. Entonces al principio dibujaba sólo lo que me rodeaba y poco a poco estoy intentando abrirme más, porque creo que con las redes llegas a un público mucho más amplio y también tienen la necesidad de comunicar cosas que son importantes.
La ilustración es un vehículo de comunicación muy potente y llega muy rápido a todo el mundo. Por ejemplo, con el movimiento Black Lives Matter se han hecho un montón de ilustraciones para apoyar la causa. Porque yo no tenga una persona afroamericana a mi alrededor, no es un tema que no deba dejar de dibujar ni de dejar de denunciar.
Poco a poco me voy abriendo e intento comprender muchas cosas que no comprendo igual que antes. También quizá en algún momento hice alguna viñeta que era machista o tenía ciertos micromachismos de los cuales yo no me había dado cuenta en su momento. No soy perfecta pero estoy aprendiendo.
Además es verdad que en los últimos años ha habido mucho movimiento social para concienciar sobre según qué temas y a partir de un determinado momento empiezas a tener una visión de algo que antes no tenías.
Exacto. Por eso te digo que yo siento que también voy evolucionando. Es cierto que la mayoría obviamente son mujeres porque soy una mujer, es mi manera de ver el mundo y es mi público. Por eso muchas veces me resulta complicado ponerme en el punto de vista de un hombre.
Algo que me gusta mucho de Pedrita Parker es que es una marca divertida, fresca… da la sensación de que te lo pasas bien creando y yo creo que eso se transmite en los productos. ¿Como es ese proceso de creación de una ilustración o de un nuevo producto? ¿Cómo se te ocurren las ideas, por decirlo así?
Al principio el proceso era un poco locura. La tienda online empezó porque subí una ilustración que se hizo viral y fue la primera viñeta que adapté a producto, porque la gente en redes me lo pidió.
En ningún momento pensé que iba a montar una tienda o que podría vivir de esto.
Fui siguiendo lo que mis seguidoras me decían. Alguien me pidió una lámina de una ilustración, y recuerdo que tenía muy poco dinero pero imprimí varias láminas y las vendí todas. Entonces fue cuando pensé que a la gente le gustaba ese tipo de productos.
Cuando me preguntaron si tenía tazas, investigué como podría hacer una taza e hice una primera tanda. Me hicieron 150 tazas, que en ese momento me pareció una barbaridad y las vendí súper rápido. Y así fue. Fue poco a poco.
De hecho, los dos primeros años fue así y luego poco a poco me di cuenta de que tenía que empezar a planificar, que no podía ser todo improvisado… y ya fue cuando se incorporó al proyecto también mi pareja y fue él el que le puso a la cabeza del negocio. (Porque yo soy la creativa loca que no planifica ni mira el dinero ni nada de eso…).
El me empezó a decir que montásemos una tienda online en condiciones. Yo tenía una tienda online gratuita y el me montó el pedazo de sistema que tenemos ahora. Empezamos a cuidar la fotografía de producto, los copies de cada producto, planificar la promoción del producto, cómo vamos a hacerlo en redes sociales, cómo vamos a mandar la newsletter… todo lo hemos aprendidosobre la marcha.
Cuando yo empecé no sabía ni hacer una factura. Ha sido aprender de todo. Aprender parte de marketing, de materiales… Ahora ya se los tipos de estampación que hay, qué tipo de tela va mejor para cada cosa…
Creo que fuiste de las primeras ilustradoras en apostar para algo así, con productos propios y empezar a verse en tiendas.
Sí, sí, fui la primera. Además, ahora somos de los pocos que no dependemos de ninguna distribuidora ni tenemos detrás un gran grupo editorial que nos pone los primeros en grandes tiendas (como Fnac, por ejemplo). Nosotros estamos en Fnac, pero somos nosotros nuestro propio distribuidor.
A mí me hace mucha gracia que al principio me comparaban con Mr Wonderful pero yo soy una señora en mi casa con un perro que se me está cagando por los rincones y me estáis comparando con una empresa con no sé cuántos miles de trabajadores. Me hacía mucha ilusión y me honraba, pero no es lo mismo.
Los admiro un montón porque nos ha abierto la puerta a que en ese producto de regalo haya un hueco para todos los ilustradores.
Después también llegó Super Británico, que además son amigos de Sevilla, y al poco tiempo ya empezaron también Mr Putterful, que son de Cádiz. Yo no tengo aquí el corner andaluz dominado.
También existe TanTanFan con todos los ilustradores que están todos promocionados por el Grupo Planeta. Es un músculo muy, muy grande. TanTanFan pueden desarrollar tu producto y tendrás una comisión de venta por cada producto que vendas.
Si quieres desarrollarlo tú solo, pues ya sabes que te tienes que ocupar tu mismo de la distribución y de la producción. Además, tienes que tener también un sitio de almacenaje, que es lo que hago yo. Tienes más control sobre tu producto pero vas a necesitar personal, sabe mucho más largo.
Y después, por otro lado, tienes la opción de plataformas como Society6. Tú haces tus diseños, lo subes a esta plataforma y se llevan una comisión de tus ventas. Pero te permite tener tu taza o gorra.
Entonces, si un diseñador, ilustrador o un creativo quiere empezar ahora, ¿por dónde le recomendarías empezar?
Pues a ver, voy a darte consejos de qué debes hacer y qué no deberías hacer.
Lo primero, abrirte una página web. Creo que no le damos la importancia que tiene. Nos creemos que abriendo un Instagram ya está todo hecho y las redes sociales están muy bien, pero no tenemos que olvidar que no es nuestra página, sino que eso pertenece al señor Zuckerberg o al que le de la gana. Y el día de que cambie el algoritmo, tus publicaciones dejan de verse. Están muy bien como herramienta sde difusión y promoción pero si tú quieres realmente mostrar bien tu portfolio, todo lo que puedes hacer y mostrar sobre todo quién eres, tienes que tener una página web ordenado por las colaboraciones que has hecho y sobretodo por el trabajo que te guste.
En este portfolio, muestra el trabajo por el que quieres que te llamen. Es decir, un ejemplo, si a ti te gusta mucho el lettering, has hecho ilustración infantil, has hecho algo editorial, has hecho algo de estampados… pero tú en realidad lo que te quieres dedicar es al lettering. Sube todo lo de lettering y luego, si quieres puedes poner algún ejemplo de lo otro, pero que se vea en que el 80 por ciento tu portfolio sea lettering.
Y luego, cuando te empiecen a llamar, hay que ser capaz de decir que no a algunos trabajos. Eso también nos cuesta mucho principio, porque tenemos muchas ganas de trabajar y de hacer cualquier cosa, porque queremos aumentar el currículum y por cobrar.
Yo he cometido todos los errores. He trabajado por la promoción gratis, he enviado una muestra de mi trabajo… ¡Ya tienes en mi portfolio una muestra de mi trabajo! Si quieres que te haga un boceto, el boceto se cobra.
Y el tercer y último consejo que daría daría sería que muestres tu trabajo. Parece una tontería, pero mostrar tu trabajo en redes a la gente. Tienes que ir subiendo tus trabajos y equivocándote. Y a lo mejor dentro de un año miras esa ilustración y dices «Madre mía, cómo ha evolucionado!», pero tienes que ir como subiendo y dejar que la gente lo vea. Creo que tenemos que que ser capaces de saber que habrá gente a la que le gustará y gente a la que no.
El que no te afecten los comentarios es lo principal, hay que continuar y ser constante, cuanto antes lo aprendamos mejor.
Sí, desde luego. Es que al final los factores externos y la opinión tienen demasiado peso en nosotros y eso no puede ser…
Sí, y además es una cosa que se ha visto reforzada para mal con las redes sociales. Primero, porque nos comparamos con los demás, que nos machaca un montón. Y segundo, por compararnos, se acrecientan nuestros miedos. Yo lo noto.
He visto que en las redes sociales de Pedrita hay mucha interacción y a la gente le gusta mucho comentar, ¿hay algo que intentéis cuidar?
Me encanta hablar con mis fans. Hay muchas que ya las conozco personalmente. Por ejemplo, una de mis primeras seguidoras son dos hermanas de Toledo y las conozco por redes. Hace poco tuve que dar una charla a Toledo y quedamos allí.
Soy yo la que está detrás las redes, no es que tenga una community manager ni nada de eso. Muchas veces cuando empiezas a aumentar en seguidores, la gente se cree que ya no eres tú la que está detrás, y cuando les respondes, pues les hace mucha, mucha ilusión.
De hecho, ahora me he abierto con otro perfil… un poco más, personal y creativo. En Pedrita Parker puede encontrarse todo lo relativo a la marca, el producto y demás, y en @soypedrita cuento algo de mi día a día.
No sabía si a la gente que se ha comprado una taza le interesa ver el proceso de cómo se crea, entonces he creado una cuenta más pequeñita y ahí es donde mostraré todos los procesos, cuento un poco más de mi vida y donde se me conoce un poco más a mí. Y, por ejemplo, yo tengo bajones creativos como todo el mundo y hay días que tengo que hacer una colección entera y no sé por dónde empezar. Entonces creo que todas esas cosas también son interesantes contarlas, porque la gente se cree que todo en redes es perfecto y no lo es.
Y el otro, pues aunque lo sigo gestionando yo. Yo soy la que sigue recibiendo todos mensajes, soy yo la que publica… sigue exactamente igual.
Claro, claro, así le puedes dar ese toque más personal y que te sirva también para expresarte. He visto que has publicado varios libros como «Tómatelo con karma»o «No eres tú, soy yo: que me acabo de dar cuenta de que eres lo peor». No sé cómo te da la vida, pero bueno, hacía tiempo ya que no publicaba libros.
De hecho yo publiqué en 2015, el de «Esa cosa llamada amor» y «Tómatelo con karma«…. esos son cien por cien míos.
Y luego publiqué «No eres tú, soy yo: que me acabo de dar cuenta de que eres lo peor«, en el que tanto la idea del libro como la ilustración son mías. LUNWERG me dio un montón de libertad. Es un libro sobre ruptura, pero en realidad tomo la ruptura para para hablar del empoderamiento femenino.
Creo que al final cuando nos curamos un corazón roto, vuelves a poner las piezas, pero no de la misma manera. Entonces te vuelves más fuerte, te creces un poco más. Luego pueden venir otra vez, romperte otra vez… pero vuelves a recomponerte de otra manera que ya no eres la misma. Ya te has pegado uno unos cuantos porrazos y aprendido de esa caída, ¿no?
El libro habla de todas esas cosas que nos dan mucha vergüenza, como cuando te arrastras por alguien que te gusta… o cuando llegas a llorarle a una amiga. Esa manera de mostrar la vulnerabilidad hasta el proceso de saber olvidar o saber perdonar y saber estar a gusto contigo misma. Darte cuenta de que al final todo es un proceso de aprendizaje y, sobretodo, de cuidar tu autoestima, de cuidarte tú. Y de eso va un poco el libro. La verdad que me resultó muy gratificante porque yo me documenté un montón para ese libro.
Luego han venido un montón de psicólogos y me dicen que lo usan en terapia, que les ha gustado un montón. Entonces para mí es como una pasote porque fue un plan… ¡qué guay! ¡está bien hecho, hay mucha documentación detrás!
Ahora estoy trabajando en otro libro, pero este libro ya no es mío. Hasta ahora todos los libros eran tanto escritos por mí e ilustrados por mí. Esta es la primera vez que estoy haciendo un libro que está escrito por otra persona e ilustrado por mí, y la verdad que estoy muy contenta porque es algo completamente distinto. Me gusta mucho hablar con el autor y preguntar cómo se imagina al protagonista es otro proceso distinto, porque te tienes que meter en la cabeza de otra persona. Y para mí está haciendo muy divertido porque nunca lo había hecho.
¿Alguna fecha estimada de lanzamiento?
Con todo el tema del coronavirus se ha retrasado. La fecha prevista iba a ser en noviembre, pero la verdad es que no sé exactamente ahora mismo. Dependerá un poco de la editorial.
No sé si nos puedes dar algún truco o consejos de cómo mimas tu creatividad. Porque al final, al estar con tantos frentes y tantas cosas… imagino que se puede desgastar un poco en el día a día.
Sí, mucho. Yo he tenido una crisis creativa bastante gorda. Lo que pasa es que en redes sociales eso no se ve.
El año pasado fue un año bastante complicado para mí, en el sentido de que no encontraba ideas o pensaba que no era lo suficientemente buena. He estado como luchando conmigo misma.
De hecho, es curioso porque tuve un curso de ilustración. ¡Me gusta ir a cursos a aprender de gente a la que admiro! Y hay un ilustrador que me encanta que es Pascal Champion. Fui a un curso con él y es maravilloso. Pero aparte de que como persona es maravillosa, tiene una capacidad de escudriñar el alma que no he visto nunca jamás.
Yo recuerdo que todo el mundo le enseñó su portfolio y era capaz de saber como eran solo con mirar la manera en que dibujaban. Cuando yo me presenté dio la casualidad de que había gente allí que cuando yo dije que tenía una empresa, se giraron y me reconocieron. Me quedé sorprendida y él me miró y me preguntó si era famosa. Todo el mundo le enseñó portfolio pero yo no. Yo no quería enseñárselo. Y él me dijo que quería ver lo que hacía antes de irme. Total, que yo me acerqué y le enseñé mi portfolio y él lo vio y me dijo «Esto es genial, tienes muchísimo talento», dice. «Pero hay un problema muy grande… y es que tú ya estás cansada de hacer esto». Ostras, y te juro que se me vino una lágrima porque fue capaz de ver toda esa lucha interior que yo tenía.
Yo le compré una lámina y me la firmó por detrás y me dejó algo así como «tienes una lucha interna muy grande y el día que te des cuenta de que no tienes que pegarte contra la pared si no que eres capaz de escalarla, te vas a dar cuenta de las vistas tan bonitas que hay». Para mí fue maravilloso.
Cuando se te mete una idea en la cabeza. es muy complicado salir de esos bucles.
Fue Pascal Champion el que me encendió la bombilla y me dijo «aquí está pasando algo, date cuenta, asúmelo y mira a ver cómo intentas solucionarlo». La primera decisión que tomé fue empezar a hacer exposiciones. Y me di cuenta de que podía llevar las dos cosas adelante, que no tenía que elegir, que puedo llevar las dos cosas. Y luego, por ejemplo, el proyecto del libro me apetecía también hacerlo.
O la apertura de los dos perfiles como he comentado antes. Por un lado, el perfil más personal, donde cuento otro tipo de cosas que me apetece contar, y lo otro que sigue tal y como estaba. Simplemente porque yo necesitaba abrir la otra puerta y dejar esas dos voces salir.
Al final yo creo que también ayuda mucho a la creatividad escucharte a ti mismo. A mí me ayuda mucho.
La meditación, por ejemplo, me ayuda mucho, sobre todo porque te obliga a estar contigo mismo. Te ayuda mucho a estar aquí y ahora y decidir qué es lo que necesario. Me ha ayudado mucho a poner cosas claras en mi vida.
Por ejemplo, he decidido que los martes por la mañana no voy a trabajar, sencillamente porque voy al gimnasio y quiero hacer otro tipo de cosas. Estoy dibujando lo que me apetece y no estoy en la oficina y si me necesitan en la oficina tienen mi teléfono para una urgencia.
Claro que haces un pequeño paréntesis y después de descansar, darte cuenta de algunas cosas.
Hay muchas cosas que están por llegar porque se diseñaron hace un par de meses. Por ejemplo, la agenda.
Desde hace seis años estoy diseñando agendas, cada año la vamos mejorando tanto en calidad como los contenidos que diseñamos dentro.
Todos los años lo hago sobre mujeres, pero le doy un toque distinto. Desde heroínas del cine, heroínas de la infancia a diosas de todas las culturas. Me he documentado sobre ellas y todos los meses tiens como un mantra para invocar a esa diosa y que te dé su poder y que tú también te creas grandiosa.
¡Me encanta diseñar la agenda porque cada año es un reto! Es muy divertido hacerla. Además, es un proyecto que siempre hago junto con Fátima, que es mi mano derecha en diseño y la que se encarga de maquetar. Ella es la que pone orden en mi vida.
Conoce todo el trabajo de Pedrita Parker en su página web, tienda online e Instagram.
¡Nos vemos pronto con una nueva entrevista creativa! ¿Te gusta mi podcast? No dudes en compartirlo en tus redes sociales. También, me ayuda si me dejas un comentario y lo sigues en Ivoox o Spotify, porque así me ayudas a tener más visibilidad y a llegar a más gente.
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