Hoy tengo el día nostálgico, así que me apetece hablar de clásicos; en concreto, de una técnica de ilustración con más de un siglo de antigüedad y de uno de los videoclips musicales más influyentes de la historia de la cultura pop. Ambas cosas llevadas a la práctica por una pareja de ilustradores y animadores que han sido y siguen siendo tremendamente innovadores.
Si menciono los nombres de Michael Patterson y Candace Reckinger es muy posible que no tengas ni idea de quiénes son, pero si hablo del videoclip “Take On Me” del grupo A-ha, seguro que sabes a qué me refiero, sobre todo si tienes cierta edad… De todas formas, como estamos hablando de un trabajo que supera las tres décadas de edad, te lo recupero para que sepas a qué me refiero.
El vídeo es aparentemente sencillo; mezcla dibujos realizados en lápiz con imagen real, algo que ya hemos presenciado un montón de veces -visto ahora hasta queda un poco antiguo-, pero en su momento fue tremendamente innovador.
Y eso que para cuando se lanzó el vídeo de “Take On Me”, en 1985, la técnica que se utilizó para la parte de la animación cumplía nada menos que 70 años de vida. La historia de la rotoscopia, que es como se llama al hecho de hacer una grabación para luego dibujarla frame a frame, es muy larga. La idea de copiar imagen real para que la animación ofrezca movimientos más naturales, la tuvo Max Fleischer en 1915. Él diseñó junto a su hermano una máquina que todavía, en cierto modo, sigue utilizándose hoy en día. Se trata del clásico escritorio transparente sobre el que se proyecta una imagen (originariamente cada uno de los frames de la cinta de la cámara, como si fuera una diapositiva) que luego se copia a mano.
La rotoscopia se había utilizado en el mundo del cómic y de la animación con frecuencia, sobre todo si se trataba de dar vida a un personaje real. Hay artistas que no necesitan estar frente al modelo; es más, hay veces que el protagonista ni siquiera es consciente de que ha sido convertido en personaje de cómic. Sin embargo, es más sencillo y el resultado es mucho más realista, si utilizas una imagen grabada como referencia. En el vídeo de A-ha se usó la imagen en movimiento para crear un cómic de aspecto realista al que luego se le dio movimiento a través de la animación. Una especie de pescadilla que se muerde la cola entre la imagen real y el dibujo.
Normalmente los videoclips musicales se graban en un día, se montan y arreando. Nada que ver con este caso, donde se realizó un auténtico trabajo de orfebrería. El vídeo se rodó en el Kim’s Café, ahora Savoy Café, en el sur de Londres. Fue un rodaje clásico del que luego se copiaron a mano unos 3.000 frames dibujados con lápiz. Parte de esos dibujos sirvieron para empapelar -literalmente- un estudio de grabación en el que se volvieron a grabar a los actores, para poder crear así ese efecto de “entrar y salir” de cómic. Se tardaron 16 semanas en completar el trabajo.
El director del vídeo es Steve Barron, que ya era bastante reconocido por haber dirigido “Billie Jean” de Michael Jackson, uno de los tres cortos que se hicieron con música del disco Thriller, que a día de hoy sigue siendo el más vendido de la historia. Ese corto para “Billie Jean” está considerado por la MTV como uno de los 100 mejores videoclips nunca hechos.
MTV juega un papel muy importante para el vídeo de A-ha y al revés. El protagonista del videoclip es Morten Harket, el cantante del grupo. La idea era jugar con esos cómics de temática romántica protagonizados por los ídolos de los adolescentes de los años 70 y 80, sólo que en 1985 Harket no era nadie.
Además de la técnica, cuyo resultado sigue siendo espectacular más de 30 años después, la importancia del vídeo de “Take On Me” es que se utilizó un medio, el cómic, para lanzar un nuevo formato, el videoclip. A través de los dibujos, que era algo que conectaba con el público más joven, se impulsó una nueva forma de consumir música.
La cadena MTV había nacido apenas 4 años antes del lanzamiento de “Take On Me”. Ahora nos parece lo más normal, pero esa idea de mostrar las canciones en un formato similar al de los anuncios publicitarios era completamente nueva.
Michael Jackson y su equipo fueron los más rápidos, y ya en 1982 supieron que iban a necesitar un soporte visual para las canciones de Thriller, con la música ya no era suficiente. En el caso de A-ha, se trataba de un grupo nuevo, de Noruega (que mucha gente no sabría ni dónde está) y que sobrevivía como podía desde Londres. En 1984 se lanzó una versión diferente de la canción que pasó sin pena ni gloria por las listas de éxitos, sin embargo, cuando fue relanzada con el vídeo fue subiendo puestos hasta alcanzar el nº1 en EE.UU. y el nº2 en el Reino Unido.
Warner Bros. “se la jugó” con A-ha y desde la compañía decidieron invertir en el videoclip en lugar de hacerlo en costosas campañas de marketing o en jugar con la imagen del grupo. Confiaron en un recién graduado, Michael Patterson, que había ganado cierto reconocimiento en el mundo académico gracias a su corto de fin de carrera, Commuter. Las similitudes con el videoclip de A-ha son evidentes.
Patterson trabaja codo con codo desde los años 80 con Candace Reckinger, aunque normalmente el mérito se lo lleva sólo él. Ejem, ejem, qué casualidad…
Ambos son profesores de animación digital e ilustración, aunque siguen con su actividad creativa, en la que no se cierran a nada y siguen siendo unos innovadores. En su canal de Vimeo puedes ver algunos de sus trabajos, en los que tocan distintos palos, a lo largo de más de 30 años de carrera.
La jugada de Warner al confiar en el talento joven y en hacer algo diferente, salió de maravilla. El vídeo ganó 6 premios MTV y la canción está entre los singles más vendidos de la historia. Todavía hoy, aunque sea a modo de parodia, el videoclip de “Take On Me” sigue siendo actualidad. Es todo un referente para el mundo de la animación, el del audiovisual y el del marketing musical.
Tras el éxito con “Take On Me”, Patterson y Reckinger, lejos de acomodarse, siguieron creando vídeos que pasarán a la historia. En 1989, siguiendo la estela de la película ¿Quién engañó a Roger Rabbit?, que se estrenó un año antes, dirigieron el vídeo de Paula Abdul en “Opposites Attract”. Si antes habían convertido un cantante en un personaje de cómic, ahora era al revés. En el vídeo aparece el personaje MC Skat Kat, un gato que baila y canta con Abdul y que luego incluso llegaría a lanzar su propio álbum. El videoclip fue elegido el mejor del año.
“Take On Me”, el trabajo de Patterson y Reckinger en los 80, demuestra que a veces lo más tradicional puede convertirse en lo más rompedor.
La rotoscopia es una técnica laboriosa y sencilla pero muy efectiva, como en el vídeo de A-ha. Si te interesa aprender, ahora hay software basado en esta manera de dibujar y también puedes hacer algún curso para conocer lo básico. En Domestika, una de las redes sociales imprescindibles para ilustradores, encontrarás monográficos dedicados a la rotoscopia. Quién sabe, ¿te imaginas que acabas haciendo un vídeo que se recuerde dentro de más de 30 años?