Hace más o menos un mes, a través del Facebook de Angel María Herrera me enteré del último concurso que lanzaba Bubok. Al igual que con muchas otras cosas que me gustan y que veo por Internet, fue directo a favoritos y a mi agenda… pero al contrario de otras, ¡esta no cayó en el olvido!

El Concurso de Relatos Cortos organizado por Bubok en colaboración con Tolky Monkys es original. Tolky Monkys es una empresa que tiene diseños propios de camisetas con personajes creados por ellos mismos, muy chulas.

Los relatos del concurso deben basarse en los personajes inventados para las camisetas, muchos de ellos ya con una trama general. A partir de esa historia, había que escribir un relato entre 600 y 800 palabras que desarrollase al personaje. El premio es que publiquen tu cuento en un libro con Personajes de Tolky Monkys (¡casi preferiría que regalasen un lote de camisetas, la verdad!).

Hace ya un mes estuve viendo los diseños de los personajes en la web de Tolky Monkys. Qué monos… Algunos me recuerdan mucho al estilo de algunas series de Cartoon Network (como por ejemplo, a los de «La Casa de los Amigos Imaginarios«)…

Con las Jornadas de Manga y Anime de Zaragoza y la vuelta al trabajo durante este mes de Septiembre, me había sido imposible echar ni un solo vistazo a los personajes… pero al fin este sábado pasado saqué un ratillo, y garabateé algunas ideas con Abram -el vampiro disfrazado-, Arquímedes -el espantapájaros granjero- y con Olegario -el zombi gregario.  En esa misma mañana redacté un relato y lo subí a Bubok. Es muy sencillito, además escribir nunca ha sido una de mis aficiones (por falta de tiempo, sobre todo)… pero si que estuve un par de años como cuentacuentos en la biblioteca de mi barrio… Siempre transmitir cuentos e historias a los demás es divertido y gusta. ¡Y el que diga lo contrario, miente!

Podéis leer el primer relato corto que he escrito en mi vida, protagonizado por Abram -el vampiro disfrazado- , una misteriosa chica y muchas chicas pijas de gimnasio: El Vampiro de la Calle Fleta. (y porque el Vampiro del Camino de La Almozara o de Pablo Gargallo sonaba mal, que si no…). 😉

PD: Por cierto, es curioso como cuando te pones a escribir piensas («Madre… tengo que llegar a 600 palabras»…) ¡y luego tuve que recortar por todos sitios para que cupiese en el límite de palabras admitido!