María Pascual i Alberich fue una de las ilustradoras de mayor fama en nuestro país y de las que más recordamos con independencia de la edad que tengamos. Las claves de su éxito y fama las encontramos en sus trabajos únicos, que eran símbolos de su dulzura y color de sus dibujos.
Ella ha sido la que nos ayudó a leer aquellos primeros cuentos y demás historias en nuestra infancia con sus ilustraciones. Su carrera que terminó en 2011 con su fallecimiento. Aunque ya hace unos años que nos dejó, su trayectoria en el mundo de la ilustración es extraordinaria y merece un reconocimiento. Una obra que puede apreciarse en el gran número de libros que dejó y que seguimos conservando en sus cajones y estanterías.
Trayectoria de María Pascual
María Pascual comenzó su carrera a finales de la década de los años 40, donde trabajaba en editoriales como Ameller, Marte y Toray, en donde precisamente en esta última fue donde trabajó de manera exclusiva a partir de 1955 haciendo varias colecciones de cuentos para la editorial. Algunos de los títulos que te sonarán son Azucena, Mis cuentos, Lindaflor, Serenata, Susana… entre otras muchas. La mayoría de sus obras estaban enfocadas al público femenino o eran adaptaciones de cuentos clásicos.
Trabajó también para Bruguera habiendo publicado un par de historias y después se inició en el mundo de los troquelados y de las muñecas recortables. Buena muestra de la inquietud artística con la que contaba.
En las editoriales donde publicó artículos con su forma, como el caso de Ediciones Susaeta, se rescataron algunos de sus trabajos que todavía podemos encontrar en librerías o en grandes superficies, donde Grupo Océano ha trabajado en una colección de libros y vídeos para aprender inglés y demás recursos didácticos para los más pequeños.
Un estilo personal en su obra
Algo que me encanta es el estilo de dibujo característico que tiene María Pascual. Su estilo es verdaderamente único y la sencillez era marca de la autora, donde uno se da cuenta de que la belleza que tienen sus dibujos era por su aparente simplicidad. Por ello sus personajes nos enamoraban, aquellos príncipes, hadas, sirenas, duendes y todo lo que su gran imaginación y fantasía podía crear en el mundo de los cuentos, donde mirar sus ilustraciones era sumergirse en unos mundos en los que la dulzura quedaba plasmada en papel.
Su legado sigue presente y podemos verlo en las muchas obras y reediciones que actualmente pueden disfrutarse. El mundo de la ilustración en este país tuvo en su obra uno de sus máximos exponentes, sabiendo sacar ese niño que todos tenemos dentro y que siempre conviene tener presente.
Una nueva generación española de ilustradores la tiene como referente y están encontrando inspiración en muchos de sus personajes.
Y tú, ¿todavía guardas alguno de los cuentos de María Pascual?