Johann Andreu es un ilustrador freelance y comunicador visual. El diseño flat, el uso del color y la inspiración en la cultura mediterránea forma parte de su estilo característico.
En este nuevo programa de mi podcast sobre creatividad e ilustración, hablamos sobre cómo ser autodidacta en ilustración, sobre la búsqueda de inspiración, el amor por el arte, qué haría Picasso y mucho más.
Háblanos de ti
Soy ilustrador como bien sabes y estudié Comunicación Audiovisual en Alicante. Aunque yo quería ser director de cine siempre he tenido presente la ilustración.
Siempre se me ha considerado un buen dibujante en casa. Y cuando me trasladé a Madrid decidí recuperar la ilustración y desarrollarla, porque me di cuenta de que yo quería convertirme en ilustrador y seguir comunicando a través de las ilustraciones y así hasta el día de hoy.
O sea que al mudarte a Madrid, tuviste una revelación de que realmente lo que querías hacer era ilustrar.
Exactamente, fue una revelación.
Estaba un poco tristón y descolocado. Lo típico cuando te vas de una ciudad a otra… no conoces a casi nadie, estás lejos de la familia y tienes esa oportunidad de reconectar contigo mismo.
Qué bien que reconectaras con ese lado artístico tuyo de niño. Entonces, ¿eres autodidacta?
De arte no he estudiado casi nada. Lo único que estudie fue en la carrera de Comunicación Audiovisual, tuve una asignatura que se llamaba Diseño de Personajes y saqué muy buena nota.
La única enseñanza es los museos, los libros y mi interés por el arte en general.
Es muy curioso que ese interés, te haya llevado a dedicarte profesionalmente. ¿Cómo has terminado siendo ilustrador y dedicándote a ello? ¿Cómo ha sido ese proceso?
Cuando llegué a Madrid empecé como diseñador gráfico. Hice un Master y empecé a trabajar en diferentes estudios y agencias de comunicación.
Fueron experiencias que te cansan mucho, porque ya sabes cómo es la vida en estudios y agencias de comunicación… trabajas más horas de las que debes y de las que ponen en el contrato, todo es muy rápido, te conviertes en una máquina de hacer y la creatividad propia no sirve para nada.
En cambio la ilustración es más agradecida y para mí era «mi felicidad» cuando llegaba de trabajar. Me di cuenta de que, poco a poco, mi objetivo era poder dedicarme a ello.
Ahora, digamos que mi trabajo, el mayor porcentaje, tanto de clientes como a nivel personal, es de ilustración y un pequeño porcentaje de diseño gráfico. Por eso di el paso de convertirme en freelance, en autónomo y tener libertad absoluta.
¿Crees que hace falta tener alguna característica para ser un buen artista o un buen diseñador?
Creo que hay un gran debate sobre este tema. Mucha gente dice que se nace con ello. Yo también pienso que todos tenemos dentro un pequeño artista y tenemos cierta conexión con el arte. Si tienes esa conexión hay que desarrollarla, como un músculo.
Animo a la gente a hacerlo porque creo que dedicarse a algo artístico es también tener un diálogo contigo mismo y de ti depende hasta qué punto de profundidad lo quieres desarrollar.
Algo muy curioso de tu trabajo es que tienes un estilo bastante característico, sobre todo por el uso del color o cómo son los personajes, si nos puedes contar un poco más, ¿cómo encontraste ese estilo y esa forma de trabajar?
Yo tardé un año y algo más en encontrar el estilo que quería. Recuerdo que estaba en Madrid, en una cafetería y pensé: “quiero ser ilustrador pero para ser bueno hay que destacar”.
Cada vez que montas una empresa o algo personal a nivel más grande, hay que ofrecer algo extra. Si yo me iba a dedicar a la ilustración quería encontrar un estilo de ilustración en el que yo me sintiera a gusto y también que gustara.
Fui probando varios estilos y fui viendo la respuesta de la gente. Fui viendo también que para encontrar un estilo hay que buscar referencias, eso es algo que ya sabía de la carrera y siempre se me ha hecho mucho hincapié en eso.
Conforme iba buscando las referencias me di cuenta de lo que me gustaba y lo que no y ahí ya fui definiéndolo.
Pongamos un gran ejemplo, Picasso. No creo que fuera una persona que le gustase quedarse anclado en algo. No me quiero comparar con él, evidentemente, pero sí que hay ciertos artistas que necesitan una constante renovación y eso es bueno.
Por otro lado, siempre está el miedo de dejar de gustar a ciertas personas, pero hay que olvidarse de ese miedo.
Hablando contigo comentabas que tienes un estilo muy marcado. Creo que es algo en lo que estás trabajando y que, incluso, quieres llegar a modificar.
Claro, ya que me preguntas sobre ese estilo que quiero modificar… no es que quiera modificarlo sino que quiero refinarlo. Hay ciertas cosas que se me escapan y ahora estoy en ese proceso de poder hacer lo que realmente tengo en mente y a veces no me ha salido o no he podido.
Por ejemplo, el poder representar edificios.
Tengo un gran límite mental y es que me gusta hacer las cosas curvas, no me gustan las cosas rectas, pero también me gustan las cosas limpias y claro, un edificio no es curvo…
algunos sí, pero generalmente un edificio es algo tosco, recto, no es una construcción orgánica, es una construcción artificial del hombre y claro, representarlo en mi estilo es complicado. Ahora estoy buscando eso.
Esta y otras cosas que iré consiguiendo es lo que hacen que el artista vaya evolucionando y vaya mejorando.
Siempre hay cosas que mejorar y cosas que trabajar o algo a lo que le quieres dar una vuelta, creo que ese proceso es bonito, que cojas un trabajo de hace dos años y que digas ¡cómo he cambiado! o ¡cómo he mejorado! Está bien porque se ve que hay un proceso de cambio.
Mira Mónica, lo más bonito de ilustrar y dibujar o dedicarse a algo artístico no es en sí el resultado. Sí que hay satisfacción, evidentemente, con el paso del tiempo al ver obras que te gustan y otras no, que eso yo creo que es el gran martirio de los artistas. Pero hay que disfrutar del proceso, lo bonito es el proceso.
Me encanta abrir la libreta, ya sea por la noche, ya sea por el día, y crear porque estoy tranquilo y conecto conmigo mismo.
Me pase lo que me pase, haya tenido bronca con quien sea, tenga el problema que tenga… es dibujar y ya se me ha pasado.
Encuentras ahí tu ratito de calma y de conexión.
Sí, me ahorro el psicólogo.
No sé si nos puedes contar en qué has estado trabajando recientemente, aunque hemos podido ver alguna cosa por redes sociales.
No sé si la gente sabe que a mí me gusta leer. Me encanta. La verdad es que tengo un problema con los libros, porque antes compro libros que comida, por así decir.
Por esa razón, siempre quise hacer un marcapáginas. Mi padre siempre me decía “lo cómodo que es un marcapáginas…”, eso me lo dijo hace como veinte años y ahora es cuando lo hago.
Ese marcapáginas no está a la venta pero sí lo incluyo en las láminas que compra la gente en todos los productos. Estaba pensando incluso en hacer otro marcapáginas y ver de qué manera ponerlo a la venta porque hay personas que estaban interesadas y ese ha sido uno de los miniproyectitos.
Pero a mí me gusta ir por proyectos, por colecciones o incluso por ideas y no dejarme tanto centrar en que hay que publicar en Instagram sí o sí. Eso hay que hacerlo, creo que es bueno porque hay que exponerse mucho en redes sociales pero en otros momentos, cuando el cuerpo te lo pide, hay que hacerse un ovillito con tus ilustraciones e ir a esos proyectos que te apetecen.
Si me preguntas por los proyectos no personales, estuve haciendo unas ilustraciones para una plataforma de aprendizaje de idiomas, eso fue el año pasado. Y otros trabajos que son cosas de diseño y de ilustración que no son mi estilo.
¿Qué planes dirías que tienes para este 2021? ¿Hay algo que te gustaría trabajar especialmente, que nos puedas avanzar?
Sí, sí. Esto es una llamada a todos los estudios (risas) y a todas las editoriales. Me gustaría ilustrar un libro y me gustaría sobre todo tener proyectos importantes de agencias, me gustaría ya estar en la división grande.
Volviendo un poco a tus ilustraciones, sé que te han preguntado por redes sociales si te basas en alguien a la hora de representar a los personajes de tus trabajos…
Basarme, a veces sí me baso. Está claro que a veces, cuando pasas por un mal de amor, utilizas la ilustración para exorcizar y estar un poco más calmado. También, a veces, es por hacer perdurable algo, alguna relación con alguna persona que no ha funcionado o que sí funciona.
La mayoría de ellos son personas “random”, evidentemente, porque son, a lo mejor, algún tipo de persona que tengo en mente.
Sí me gustaría expandir eso porque a veces me atasco en un tipo de hombre y me gustaría hacer más personas o animales. Quiero expandir un poco mi universo.
En tus ilustraciones podemos ver muchas situaciones del día a día, momentos tranquilos en la playa, paseando, regando, tocando la guitarra… dan ganas de trasladarse a ese momento. ¿Qué te inspira a una nueva ilustración?
Para contestar a esto hay que ir un poco atrás en el tiempo, justo cuando vine a Madrid hace cinco o seis años.
Al salir de Alicante me di cuenta de que lo primero que echaba de menos era el mar… “Dios mío”, miraba alrededor mío y decía: “no hay mar”. Eso es agobiante para una persona que siempre ha estado viviendo al lado del mar. Entonces, yo que siempre repudiaba a Alicante y decía: “no me gusta Alicante”, ha llegado un momento en el que decía “me gusta Alicante porque tiene mar y porque hay tranquilidad”.
Siempre me he sentido atraído por ese estilo de vida tranquilo que se podía respirar en Alicante.
Luego eso se deriva en hombres tocando la guitarra, porque es un tema que me gusta, me encanta la gente que se dedica a la música. Me gusta la gente que lee… yo creo que me gusta todo lo tranquilo. Me gusta la gente que baila también. Eso es a futuro algo que quiero hacer, ilustraciones de gente bailando. Me encantaría.
Estamos muy conectados con las redes sociales, estamos muy pendientes de actualizar, ¿dirías que ha aumentado el interés de la gente por el arte y por la ilustración?
Hay un creciente interés por el arte y me parece muy bien porque hace que no pierda la esperanza en la humanidad. Creo que hay que tener interés por el arte. El arte es comunicación, es también una manera de poner en imágenes lo que sientes… y lo bueno de las redes sociales es que ha traído esa comunicación más directa con la persona interesada en ilustración y en arte.
Siempre diré que el ilustrador es como una especie de rockero de los ’70, que se hacía su propia persona y vestimenta. Se creaba a sí mismo. Eso me gusta y me da vidilla. Me da vidilla el poder hablar con las personas en las redes sociales, que directamente te pregunten y tú contestes, incluso las preguntas como las que tú me estás haciendo te las hagan directamente y te pongan en alerta, es muy motivador.
Hablando más a nivel de tu negocio y de tus proyectos como freelance, ¿qué dirías que representan las redes sociales en todo esto?
Las redes sociales representan un filtro a la hora de encauzar el arte, lo que uno hace. Sin embargo, es más repentino, es más instantáneo. Por un lado es un poco opresivo, oprime el decir “vaya, tengo que estar publicando y tengo que estar ahí presente para la gente”. Pero por el otro lado es también un foro, es como una especie de bar. Ahora que los bares nos parecen algo del pasado, donde se creaba tertulia.
Para mí representan tanto cosas buenas como cosas malas. Habrá que quedarse con las buenas.
Para ir terminando la entrevista, ¿qué consejo le darías a alguien que quiere ser ilustrador o que está pensando en formarse hacia este camino?
Le daría dos consejos, primero que no tenga miedo, que se lance, que no piense mucho más.
Después que busque referencias, que se culturice, que lea, que vaya a museos, que se interese, que haga un gran esfuerzo y que sepa que otros artistas han pasado por su camino y le pueden dar las soluciones a lo que busca.
Genial, esos consejos se quedan aquí para la gente del blog y del podcast que está pensando en adentrarse en el mundo de la ilustración y del diseño. No sé si hay alguna otra cosa que quieras contar.
Voy a aprovechar la oportunidad para agradecer a todas las personas que me siguen y me apoyan, tanto de una manera activa o pasiva, da igual, porque la ilustración he logrado convertirla en mi trabajo, en mi profesión, en mi hobby. Sobre todo lo debo a las personas que se han interesado, que de verdad con sus palabras sinceras que me dicen cada día me motivan. Yo siempre lo agradezco.
¡Nos vemos pronto con una nueva entrevista creativa! ¿Te gusta mi podcast? No dudes en compartirlo en tus redes sociales. También, me ayuda si me dejas un comentario y lo sigues en Ivoox o Spotify, porque así me ayudas a tener más visibilidad y a llegar a más gente.
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