Biblioteconomía y Documentación y su reconocimiento en la Sociedad (siempre estamos con lo mismo…)

Biblioteconomía y Documentación y su reconocimiento en la Sociedad (siempre estamos con lo mismo…)

Desde hace algunos años leo atenta los mensajes de IWETEL, la lista de correo de profesionales de la Información de toda España, y siempre, cada año, vuelve a salir el tema del perfil profesional y su reconocimiento en la sociedad.

CEPYME Aragón informaba de lo siguiente hace unos meses: «Sólo un 0,02 % de los estudiantes zaragozanos en el momento de elegir su futuro profesional muestran su preferencia por realizar estudios en Biblioteconomía y Documentación, lo que convierten a esta titulación en uno de los estudios menos demandados«. Esta es una de las conclusiones a las que han llegado tras entrevistar a 4.254 jóvenes, principalmente de 4º de ESO.

Las razones que han identificado como causantes de esta escasa demanda: el desconocimiento y la imagen errónea que se tiene de la profesión.

Pero  ¿Qué es lo que hace falta para ser «reconocidos por la sociedad«? Esto es lo que declaran algunas de las figuras más conocidas en el campo del ámbito de la biblioteconomía y la documentación:

Tomàs Baiget: Más tiempo, pero costará muchísimo, porque nuestro trabajo en general no es imprescindible, «sólo mejora alguna información ya existente». En situaciones normales, del día a día, cuesta ver el valor de la información. Buscar información es como respirar, y nadie busca a un profesional que enseñe a respirar mejor (aunque los hay). Somos intermediarios, no firmamos nuestro trabajo, somos invisibles casi por definición.

Javier Leiva: Ser reconocidos por nosotros mismos.

Isabel Andreu: Mucho marketing y estar presentes en la vida social y política. Tenemos que creernos lo que somos y no contentarnos con la queja, hay que ser activo y creativo.

Catuxa Seoane: Para que los demas nos respeten debemos empezar a respetarnos nosotros mismos, a salir del patio de casa, de los círculos endogámicos en los que nos movemos a menudo y explotar las redes sociales entre profesionales de distintas ramas, eso sí, sabiendo siempre donde está el lugar de cada uno y que la profesionalidad y la seriedad, nunca deben olvidarse. El reconocimiento y visibilidad debe empezar por creernos nuestro trabajo y salir al exterior a tejer redes de colaboración con otros perfiles profesionales.

Rosario López del Prado: Reconocernos nosotros mismos. Así de simple. Pero reconocernos con precisión, lo que significa no caer en la soberbia de considerarnos por encima de donde estamos, ni tampoco vernos por debajo, ni lamentarnos constantemente. Justamente, saber cual es nuestro sitio.

Glòria Pérez-Salmerón: Conocimiento. Deben conocernos, somos casi invisibles. Para que nos reconozcan debemos saber presentarnos, hacernos visibles en los núcleos de decisión y en los foros de debate de la sociedad. Las organizaciones deben aprender a presentar a sus archiveros, bibliotecarios, documentalistas y museólogos como profesionales expertos, imprescindibles para la gestión de la información y de los centros de su ámbito, cómo si de abogados, arquitectos y médicos (por decir unos cuantos) se tratara.

Adela Alós: Implicarse y comprometerse con la organización con las que trabajamos y ser capaces de transmitir los resultados de nuestras actividades, lo que podríamos llamar nuestra «aportación de valor». Como colectivo, tienen un rol muy importante las asociaciones profesionales y es necesario que colaboremos con ellas activamente a uno u otro nivel.

Como he comentado al principio, es un tema de conversación que sale cada año, en la que siempre se hablan de los mismos temas, pero no veo ninguna evolución de un año para otro.

Yo también opino que la clave está en no limitarnos nosotros mismos y hacernos visibles en todos los sectores de la sociedad. Uno de los principales problemas que veo es que muchos equívocos surgen con la propia denominación de la carrera. Cuando alguien que no conoce el sector escucha “Biblioteconomía y Documentación” automáticamente lo relacionana con un bibliotecario y para de contar. Esto está restringiendo automáticamente las áreas de actuación, mientras que si se utilizase algo relacionado con Science Information Studies (Estudios de Ciencias de la Información) o un derivado de ello, dejaría más amplitud de campo en la profesión -como es la realidad- y sería más atractivo. (algún día entraré a detallar cosas sobre la carrera, porque plantear X módulos comunes y después irse especializando conforme avanzan los cursos, no sería una mala idea… )

Reconocimiento y amor propio. Porque si muchos «profesionales» ni si quiera tienen claras las salidas o en los centros de documentación y bibliotecas cogen a cualquiera… Si nosotros mismos en muchas ocasiones no apreciamos nuestro perfil, ¿por qué otros van a hacerlo?

Luchar por nuestra imagen. Ya basta de vivir acomodados, de querer llegar a un sitio donde todo el mundo tenga claro para qué servimos o que nos digan como tenemos que hacer las cosas o de quejarse de una situación sin tomar medidas… Esa situación cambiará si tomamos la iniciativa demostrando lo que sabemos y como podemos adaptarnos a diferentes sectores y necesidades. (esto dependerá mucho del tipo de centro…)

Estar al día del sector y estar presente en todo tipo de redes profesionales es necesario y útil. Porque es bueno para ti y para la profesión.

Algo de Marketing en la cual se muestre las diferentes salidas de la carrera, no estaría nada mal. Basta de relacionar a los documentalistas o gestores de información sólo con funcionarios o medios de comunicación, también podemos estar presentes y tenemos mucho que aportar todos los sectores (sin olvidarnos de empresas privadas).

– Si no, siempre podemos presentar un guión para una serie o película de televisión en la cual un grupo de ex-alumnos de documentación se reúnen después de un tiempo y cuentan sus vivencias. Llamamos a los chavalines de moda (como han hecho ahora con la película de «Mentiras y gordas») y sólo el casting ya lograremos que lo vea una cantidad considerable de jóvenes… 😀

Blogger friki comiquera desde hace una década. En mi tiempo libre protejo el mundo de los malvados con mis poderes de magical girl, hago teatro musical, leo cómics y como sushi.

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